La hada infeliz
observa los cielos,
Con cara triste y
de añoranza.
Sus alas están
rotas,
No puede volver a
surcar los cielos.
Mientras sus
hermanos y hermanas vuelan libres,
Ella se queda en
tierra,
Sola,
Observando a los
demás.
Intentó en vano
conseguir llenar ese vacío;
Recorrió los más
bellos bosques,
Se baño en los
lagos más transparentes,
Olió las flores
más perfumadas,
Vio los
escenarios más hermosos del mundo.
Mas no le bastó a
la pobre hada,
Sin sus alas el
mundo le parecía vacío.
Ansía el cielo,
Volver a estar en
el aire,
Dejarse llevar
por el viento,
Bailar al son de
los truenos,
Bañarse de la luz
del sol.
Mas no podrá,
Sus alas están
rotas.
Los pájaros la
llaman alegremente desde los cielos,
La invitan a
jugar,
Mas ella no puede
ir.
Permanece en
tierra,
Cómo alma en
pena.
Su cuerpo en
tierra,
Vacío,
Hace tiempo que partió,
Al único sitio
donde aún puede volar:
Sus recuerdos.
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