Choose your language in the shadows

sábado, 21 de diciembre de 2013

Sorteo Navideño

Saludos pequeñas sombras,
Hoy estreno por mi primera vez en mi blog un sorteo de libros. Lo hago conjuntamente con Nitra y La Guardiana de Libros , ellas ya han colgado su sorteo en sus respectivos blogs así que si aún no los habéis visto echad un vistazo a sus blogs.

El sorteo es nacional (España), dependiendo del éxito que tenga, a lo mejor el año que viene hago uno internacional; pero eso ya se verá. Podéis participar en el sorteo hasta el dia 25 de Enero.

El premio que os traigo yo desde la oscuridad es El océano al final del camino de Neil Gaiman, en el libro va incluido un relato inédito sobre Cthulhu, un personaje de H.P. Lovecraft

Sinopsis contraportada de El océano al final del camino: 
-No sé. ¿Por qué crees que le tiene miedo a algo? Es una adulta, ¿no? Y los adultos y los monstruos no tienen miedo.

-Oh, los monstruos sí que tienen miedo-dijo Lettie-. Por eso son monstruos. Y en cuanto a los adultos...-Dejó de hablar y se frotó su pecosa nariz con un dedo-. Te voy a decir algo muy importante: por dentro, los adultos tampoco parecen adultos. Por fuera son grandes y desconsiderados y siempre parece que saben lo que hacen. Por dentro, siguen siendo exactamente igual que han sido siempre. Como cuando tenían tu edad. La verdad es que los adultos no existen. Ni uno solo, en todo el mundo.- Se quedó pensando un momento. Luego sonrió-. Solo mi abuela, claro está.


Y aquí os dejo el banner del tercer sorteo, mucha suerte a todos!


jueves, 31 de octubre de 2013

Los títeres

“Cantar cantar
Pequeños títeres,
Volveremos a tener invitado esta noche.
Cantar cantar
Que os escuchen bien todos los ilusos,
Esta noche también será especial”

Mientras los títeres seguían con su canción, de las sombras emergió una figura. Llevaba una capucha roja tapando el rostro y  arrastraba tras de sí algo por el suelo. Lo dejó en el suelo, y con el pie le dio la vuelta; era un hombre, inconsciente.

“Quien es
¿Quién es?
Lo queremos saber
Quien es
¿Quién es?
¿Nos lo podemos comer?”

-No es comida, será uno de vosotros dentro de poco

“Ji ji ji
Jo jo jo
Uno de nosotros será,
Y muy bien se lo pasará,
¡Despierta despierta dormilón!
¡Que empieza ya la función!”

-¡Callaos! Y los pequeños títeres callaron a la vez. Pronto despertará, pero antes quiero hacerle una sorpresa. ¿No os gustaría que le montáramos una fiesta de bienvenida?

“Si si si
¡Es noche de celebración!
Una fiesta le haremos,
Pues la bienvenida le queremos dar
Pero shhh shhh
Que sorpresa ha de ser,
El invitado no nos puede escuchar”

-Exacto, cuando despierte, todos tenéis que estar callados. Apagaremos las luces, y cuando dé la señal, encendéis las luces y le dais la bienvenida. ¿Lo habéis entendido?

“Las luces apagaremos,
Y en silencio estaremos,
El invitado ni nos verá ni nos escuchará,
Y cuando menos se lo espere,
¡Tachín tachán!
¡Qué sorpresa se va a llevar!”

La figura encapuchada puso al hombre en una silla y le ató las manos y los pies. La figura apagó las luces y mientras se escondía en la oscuridad, los títeres seguían cuchicheando y pidiendo silencio…

El hombre gruñó, empezaba a despertarse. Cuando abrió los ojos, deseó no haberlo hecho. No sabía dónde se encontraba, tampoco como había llegado. Intentó levantarse, pero se volvió a caer en la silla. Estaba inmovilizado, no podía mover los pies ni los brazos; intentó levantarse, arrastrar la silla, pero fue inútil. La silla no se movía. Intentó distinguir algo, pero era tan oscuro que no podía ver nada. Trató de escuchar entonces,  pero el silencio es lo único que había.

-¿Hola? ¿Hay alguien?

Y de repente se encendieron las luces, el hombre se quedó ciego por un momento, Pero cuando pudo volver a ver, vio que no se encontraba sólo. Delante de él había un montón de estanterías, tantas que llegaban hasta el alto techo, y allí, con sus piernecitas colgando, había títeres. Y como si de una tormenta se tratase, todos los títeres se pusieron a cantar, descoordinados esta vez, y no se les entendía lo que decían. El hombre estaba asustado, si era un sueño, quería despertar.

-¿Pero qué modales son estos chicos? ¿Cuántas veces os tengo que decir que cantéis a la vez y no cada uno a su aire?

El hombre se giró a su derecha; vio a una figura encapuchada con una capa roja, apoyado en el respaldo de la silla.

-Los tendrás que perdonar, siempre que hay visita se ponen nerviosos pero te lo puedo asegurar; cantan maravillosamente.

El hombre intentó ver a su interlocutor, pero la capucha no le dejaba ver el rostro. Aunque sabía que su interlocutor era mujer; pudo ver su larga melena que salía de la capucha, su delgada figura y había escuchado su voz, la voz de una mujer.

-A ver chicos, silencio.

Los títeres callaron, y el hombre habría jurado que habían entrelazado las manos, y miraban expectantes. Pero era absurdo, tan sólo eran títeres.

-Venga. Esta vez, todos juntos ¿De acuerdo? Uno, dos y…

“Ja ja ja
Ji ji ji
Bienvenido
¡Bienvenido seas!
Bienvenido a nuestra casa,
Te va a encantar,
Cada noche hay fiesta,
Y un nuevo invitado al cuál recibir.
Ja ja ja
Ji ji ji,
Bienvenido
¡Bienvenido seas!
Esta noche eres afortunado,
Serás el protagonista de la fiesta,
Di adiós
¡Adiós!
Hasta pronto luz del sol,
Y di hola
¡Hola!
Jamás saldrás de aquí…”

Los títeres callaron, y la mujer encapuchado aplaudió.

-¡Bravo! ¿No te dije que cantaban genial? Son unos verdaderos artistas.

El hombre miró a los títeres, ellos también aplaudían, uno incluso hizo una pequeña reverencia. La figura se movió de su lado y tocó la cabeza de algunos títeres. Entonces se giró y se quitó la capucha; era una mujer muy bella, pero había algo en ella que le daba miedo.

-Bienvenido seas, ¿Quieres comer algo? -Se acercó a una mesa, llena de comida y copas- Tengo alcohol también.

-¿Quién coño eres tú? ¡Desátame de una puta vez!

“¡Cállate! ¡Cállate!
¿Cómo te atreves a hablarle así?
Que invitado más grosero,
A la olla por malo irá,
¡Malo! ¡Malo!
Hoy nuestra cena serás”

-Calmaos chicos. La mujer hizo aparecer  un sillón y se sentó enfrente del hombre.

-¡Que me desates puta!

-Shhh, tranquilo hombrecito. Enfadado no conseguirás nada.

Pero el hombre siguió gritando improperios y moviéndose en la silla, mientras la mujer lo observaba y flotaba hasta ella una copa y una botella. Cuando el hombre se calmó, la mujer bebió el último trago de la copa y se sirvió más.

-¿Ahora querrás hablar o seguirás maldiciendo?

El hombre miró enfurecido a la mujer, pero no dijo nada.

-Así me gusta, calladito. Muy bien. Ahora te explicaré que has de hacer para salir de aquí; es tan sencillo como contestarme a una pregunta. Pero cuidado, no sirve una respuesta cualquiera, tiene que gustarme; y la pregunta es: ¿Si pudieras pedir un deseo, que pedirías?

El hombre miró receloso a la mujer; ¿Qué tipo de respuesta tenía que darle? ¿Quería inmortalidad? ¿La paz mundial? ¿Dinero? ¿Un mundo mejor? ¿Ser Dios? ¿Ser poderoso? ¿Erradicar la pobreza? ¿Igualdad?... Pero se le ocurrió algo; le podría servir, las mujeres nunca se resistían a este tipo de cosas. Así que miró fijamente a la mujer.

-Si pudiera pedir un deseo… Pediría ser tu media naranja; aquel que te comprende y te entiende. Que puedes confiar en él y que sabes que te querrá para siempre ya que estaba predestinado…

El hombre observó a la mujer; parecía absorta. Seguramente estaba digiriendo la declaración que le había dado… Pero no era el caso, la mujer se echó a reír. Se cayó del sillón y se quedó en el suelo riendo; hasta los títeres se unieron a sus risas. Estuvieron un buen rato riéndose, cuando la mujer parecía que se había calmado un poco, se levantó y se volvió a sentar en el sillón.

-Mi media naranja dices, hombre tenías que ser.

La mujer se levantó y se inclinó ante él.

-¿Realmente creías que eso te funcionaria? ¿En serio?

La mujer suspiró y se fue a las estanterías.

-Chicos, es todo vuestro.

Los títeres gritaron alegres. La mujer se puso otra vez la capucha y se dirigió a la puerta.

-Voy a ver si encuentro algo más interesante. Cuando vuelva no quiero ver nada manchado, ¿Me habéis oído?

Los títeres seguían haciendo jaleo cuando la mujer se fue. El hombre se había quedado solo con ellos.

“Ji ji ji
Jo jo jo
Solos al fin,
No más interrupciones
Ju ju ju
Jo jo jo
Es la hora del festín”

Los títeres saltaron de las estanterías; brincaban, hacían volteretas mientras se acercaban al hombre.

“Ja ja ja
Je je je
A comer
¡A comer se ha dicho!
Carne
¡Carne para todos!
Ropa sosa sosa,
A la hoguera que molesta
El pelo también es un estorbo
Limpito
¡Bien limpito quedará!
Y entonces nos lo comeremos
¡Ñam!
¡Todo!
Todo nos lo comeremos
Ni migaja dejaremos
Los niños buenos no dejan nada
¡Se lo comen todo!
Y la habitación bien limpita
¡Nada sucio!
Si queda algo sucio
Ella se enfadará
No no no
¡Somos chicos buenos!
Y no mancharemos nada
Así cuando ella vuelva
¡Nos obsequiará con otro invitado!
Ji ji ji
Jo jo jo
Grita grita
Nadie te ayudará
Nuestra cena serás
¡Que nos aproveche!
¡Gracias!
Que empiece
¡Que empiece el festín!”

viernes, 19 de julio de 2013

Retrum









Sombras que rondan por la oscuridad,
Acercaos,

Hoy os presentaré a dos almas en pena,
Llenas de oscuridad y dolor.

Mas,
Mejor que hablen ellas mismas,
Sabrán presentarse mejor...
¡Silencio!
Aquí llegan,
Escuchar sus lamentos...

Christian
Mi vida no tenía sentido;
La poca luz que veía,
Se apagó de golpe,
Un domingo de verano,
En la carretera.

El pueblo donde vivo,
Es insulso,
Aburrido,
Sin nada que hacer.

Mas, un día,
Mientras leía un libro de almas en pena como yo,
Se me acercaron tres pálidos;
Vestían los tres ropas negras,
Con una flor morada en el pecho,
Rostros blancos como la luna,
Labios morados como si de muertos andantes se tratasen.

Entonces,
Reconocí a uno de ellos,
Hace tiempo recogí un guante negro,
En medio de la nieve,
Me guió a él una preciosa voz,
Acompasada por un violín.

Me dijeron que si quería unirme a ellos,
Antes debía pasar una prueba,
Pasar una noche en el cementerio,
Dormir con los muertos,
Y despertar vivo al día siguiente.

Huelga decir que pasé la prueba,
Y me uní a su grupo.
Cuanto más tiempo pasaba con ellos,
Más me dejaba hechizar por ella,
Mi princesa oscura,
Mi ancla en este aborrecido mundo.

No era cómo las demás,
Era libre como el aire,
Cambiante como el agua.
Intenté retenerla a mi lado,
Pero tendría que haberlo sabido,
Que no la puedo encadenar a mí.

Mas cuando se alejaba de mí,
Su ausencia me mataba por dentro,
Y pasaba los días recordando su voz,
Su blanca piel,
Su negra melena...

No me arrepiento de haberlos conocidos,
Aunque la tragedia nos absorbió,
Sin ellos,
No la habría conocido.
Mi princesa oscura,
Que desde entonces,
Hace latir mi negro corazón.

Alba
El amor es cruel,
No es la fantasía que prometen.

Mas quien sabe,
Si volviera al pasado,
Lo conociera otra vez...
¿A quién pretendo engañar?
Me volvería a enamorar de él.
Aun sabiendo el dolor que me causaría,
Las lágrimas que me haría verter,
Las cosas que me haría hacer,
Me enamoraría de él.

Cambié por él,
Hice todo lo que estaba en mis manos,
Para que se fijara en mi,
Para que me correspondiera,
Mas él preferia a otra.

Me utilizó,
Lo sé,
Quise ser amada por él,
Mas lo único que conseguí fue desprecio,
Rechazo.

¡Lo odio!
Mas lo amo tanto…
Por su culpa me convertí en un ángel caído.
La pureza que tuve alguna vez,
Se esfumó.

Abracé la oscuridad,
Pagué el terrible precio,
Y me convertí en un ángel negro,

En busca de venganza.

miércoles, 12 de junio de 2013

Silencio


Al fin lo logré,
Estoy solo.
Nadie que me moleste,
Silencio al fin.

Por primera vez,
Desde hace mucho tiempo,
El castillo está vacío.
Ni sirvientes,
Ni familiares,
Ni amigos rompen mi ansiado silencio.
Tendría que deshacerme de sus cuerpos,
Mas ya lo haré más adelante,
Quiero disfrutar de mi ansiada paz.
Que gozo,
Ya no hay gritos,
Ni ruidos de muebles,
Ni niños correteando.
Silencio al fin.

¿Qué es ese ruido?
Bah, será alguna rama que choca contra la ventana,
O una rata,
O una cucaracha,
Al fin y al cabo,
Estoy solo.

Otra vez, ¿De dónde viene?
Pamplinas,
Los maté a todos,
Será mi imaginación,
Que me hace una mala pasada.
Inspiro profundamente
Y me relajo en el sillón.
Silencio al fin.

¡No puede ser!
¡Ese ruido otra vez!
¡Mal rayo me parta!
¡Estoy sólo!
¡No hay nadie más!
Entonces,
¿De dónde viene ese ruido?

¿Habrá entrado alguien?
¿Alguien que busque refugio quizás?
Preguntaré entonces,
¿Hola?
¿Señor?
¿O señora?
Si ha entrado,
Me gustaría que respondiera.

Silencio,
¿No hay nadie entonces?
Iré a ver la puerta.
Extraño,
La puerta está cerrada,
A cal y canto,
Tal y cómo la dejé.

Si nadie ha entrado,
¿Entonces que es este ruido?
Parece que viene de arriba,
Si corro a lo mejor descubro quien es.

Nadie,
Está vacío,
Sólo estoy yo.
Me dejo caer en el sillón,
Abatido,
No debo dejarme llevar por la locura,
Tengo que recuperar la sensatez,
Estoy solo,
No hay nadie más.
Silencio al fin.

¡¿Por qué?!
¡¿Por qué el ruido no se va?!
Si hay alguien,
¡Muéstrate!
¡Se acabó la broma!
¡Ya no tiene gracia alguna!
¡Sal de donde estés!
Prometo no matarte,
¡Pero deja de hacer ruido!
¡Basta!
¿Quién es?
¿De dónde viene el ruido?
El ruido va aumentando,
No para,
Mi cabeza va a estallar,
No lo puedo aguantar más.
¡SILENCIO!

¿El ruido ha parado?
No se escucha nada,
Debo estar volviéndome loco.
¡No puede ser!
Me ha parecido escuchar que alguien llamaba a la puerta,
Tranquilo,
Si lo ignoro,
Acabará desistiendo.

¿Por qué no se va?
¿Por qué tanta insistencia?
¡Vete!
¡Deja de llamar!
¡No voy a abrir la puerta!
¡Quiero estar solo!

Mas seguían llamando a la puerta,
Y el señor,
Preso del nerviosismo,
Fue a abrir la puerta,
Para que cesase el ruido.

Mas cual fue su asombro,
Que al abrir la puerta,
No se hallaba nadie.
Confuso,
Cerró la puerta,
Y se sentó en el sillón.

Empezó a reír,
Tan fuerte que lágrimas le saltaron,
Se cayó del sillón,
Y siguió riendo.

Al cabo de un rato,
La risa cesó,
El castillo se sumía otra vez en silencio.
El señor permanecía en el suelo,
Sumido en su locura,
Escuchando sonidos que no existían.

Y cuentan que así permaneció,
Tumbado en el suelo,
Sumido por sonidos mudos,
En compañía de los muertos,
Y finalmente,
En el castillo,
Reinó el silencio al fin.

jueves, 30 de mayo de 2013

La hada sin alas


La hada infeliz observa los cielos,
Con cara triste y de añoranza.
Sus alas están rotas,
No puede volver a surcar los cielos.

Mientras sus hermanos y hermanas vuelan libres,
Ella se queda en tierra,
Sola,
Observando a los demás.

Intentó en vano conseguir llenar ese vacío;
Recorrió los más bellos bosques,
Se baño en los lagos más transparentes,
Olió las flores más perfumadas,
Vio los escenarios más hermosos del mundo.
Mas no le bastó a la pobre hada,
Sin sus alas el mundo le parecía vacío.

Ansía el cielo,
Volver a estar en el aire,
Dejarse llevar por el viento,
Bailar al son de los truenos,
Bañarse de la luz del sol.
Mas no podrá,
Sus alas están rotas.

Los pájaros la llaman alegremente desde los cielos,
La invitan a jugar,
Mas ella no puede ir.
Permanece en tierra,
Cómo alma en pena.

Su cuerpo en tierra,
Vacío,
Hace tiempo que partió,
Al único sitio donde aún puede volar:

Sus recuerdos.

viernes, 24 de mayo de 2013

Ser frágil


No te rindas, ser frágil.
Enfréntate a tus demonios.

Sé que sufres,
Tus lágrimas secas permanecen en tu rostro.
No te quedan más lágrimas que verter...
Aún así,
Después de haber llorado hasta desfallecer,
Gritado a la nada sin respuesta alguna,
Sigues sufriendo…

Soportaste el dolor,
Creíste ser valiente,
Pensabas que sería pasajero,
Pero nada ha cambiado.
Aparta el velo, y mira.
¿Por qué?
¿Por qué insistes en permanecer aquí?
¿Qué obtienes a cambio?
Son promesas vacías,
Te mereces más, mucho más.

Es un gran artista del engaño, no le creas.
Ve más allá de su máscara,
Y observa al monstruo.

No llores más,
No merece la pena.
Coge mi mano, ser frágil
Te ofrezco una salida,
Algo mucho mejor.

Sígueme, y deja atrás esta prisión.
Ven conmigo,
No mires atrás.

Confía en mí ser en pena,
Sus promesas jamás cumplirá.
Allí jamás brillarás, acompáñame,
La oscuridad te está esperando.

Coge esta mano,
Te ofrece la mejor salida.
No la rechaces,
O permanecerás en este mar de dolor para siempre…