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miércoles, 12 de junio de 2013

Silencio


Al fin lo logré,
Estoy solo.
Nadie que me moleste,
Silencio al fin.

Por primera vez,
Desde hace mucho tiempo,
El castillo está vacío.
Ni sirvientes,
Ni familiares,
Ni amigos rompen mi ansiado silencio.
Tendría que deshacerme de sus cuerpos,
Mas ya lo haré más adelante,
Quiero disfrutar de mi ansiada paz.
Que gozo,
Ya no hay gritos,
Ni ruidos de muebles,
Ni niños correteando.
Silencio al fin.

¿Qué es ese ruido?
Bah, será alguna rama que choca contra la ventana,
O una rata,
O una cucaracha,
Al fin y al cabo,
Estoy solo.

Otra vez, ¿De dónde viene?
Pamplinas,
Los maté a todos,
Será mi imaginación,
Que me hace una mala pasada.
Inspiro profundamente
Y me relajo en el sillón.
Silencio al fin.

¡No puede ser!
¡Ese ruido otra vez!
¡Mal rayo me parta!
¡Estoy sólo!
¡No hay nadie más!
Entonces,
¿De dónde viene ese ruido?

¿Habrá entrado alguien?
¿Alguien que busque refugio quizás?
Preguntaré entonces,
¿Hola?
¿Señor?
¿O señora?
Si ha entrado,
Me gustaría que respondiera.

Silencio,
¿No hay nadie entonces?
Iré a ver la puerta.
Extraño,
La puerta está cerrada,
A cal y canto,
Tal y cómo la dejé.

Si nadie ha entrado,
¿Entonces que es este ruido?
Parece que viene de arriba,
Si corro a lo mejor descubro quien es.

Nadie,
Está vacío,
Sólo estoy yo.
Me dejo caer en el sillón,
Abatido,
No debo dejarme llevar por la locura,
Tengo que recuperar la sensatez,
Estoy solo,
No hay nadie más.
Silencio al fin.

¡¿Por qué?!
¡¿Por qué el ruido no se va?!
Si hay alguien,
¡Muéstrate!
¡Se acabó la broma!
¡Ya no tiene gracia alguna!
¡Sal de donde estés!
Prometo no matarte,
¡Pero deja de hacer ruido!
¡Basta!
¿Quién es?
¿De dónde viene el ruido?
El ruido va aumentando,
No para,
Mi cabeza va a estallar,
No lo puedo aguantar más.
¡SILENCIO!

¿El ruido ha parado?
No se escucha nada,
Debo estar volviéndome loco.
¡No puede ser!
Me ha parecido escuchar que alguien llamaba a la puerta,
Tranquilo,
Si lo ignoro,
Acabará desistiendo.

¿Por qué no se va?
¿Por qué tanta insistencia?
¡Vete!
¡Deja de llamar!
¡No voy a abrir la puerta!
¡Quiero estar solo!

Mas seguían llamando a la puerta,
Y el señor,
Preso del nerviosismo,
Fue a abrir la puerta,
Para que cesase el ruido.

Mas cual fue su asombro,
Que al abrir la puerta,
No se hallaba nadie.
Confuso,
Cerró la puerta,
Y se sentó en el sillón.

Empezó a reír,
Tan fuerte que lágrimas le saltaron,
Se cayó del sillón,
Y siguió riendo.

Al cabo de un rato,
La risa cesó,
El castillo se sumía otra vez en silencio.
El señor permanecía en el suelo,
Sumido en su locura,
Escuchando sonidos que no existían.

Y cuentan que así permaneció,
Tumbado en el suelo,
Sumido por sonidos mudos,
En compañía de los muertos,
Y finalmente,
En el castillo,
Reinó el silencio al fin.